La experiencia vital del protagonista de La luna y las seis pesetas
2024-09-09 09:59:35 0 Reportar
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Esquema/Contenido
Vida ordinaria en Londres
Strickland era un exitoso corredor de bolsa, llevaba una vida cómoda y tradicional en Londres, tenía una esposa y dos hijos.
El llamado del arte
A los cuarenta años, Strickland se dio cuenta de repente de su profundo deseo de pintar. Sin avisar a su familia, abandonó su trabajo estable y su familia, y se fue solo a París, decidido a convertirse en un pintor.
La lucha de París
Al llegar a París, Strickland estaba completamente arruinado y su vida era extremadamente dura. Vivía en un desvencijado ático, soportando el hambre y el frío cada día, pero seguía pintando.
La personalidad de Strickland se volvió aún más fría y solitaria en este período, rechazando cualquier forma de simpatía o ayuda, y centrándose únicamente en su creación artística.
Él estableció contacto con Dirk Stroeve, un bondadoso pintor holandés. Stroeve había intentado ayudar a Strickland en varias ocasiones, incluso permitiéndole quedarse en su casa.
El amor y la traición
Strickland se involucró en una relación con la esposa de Strickland, Blanche, lo que provocó la ruptura de la familia de Strickland y Blanche se suicidó finalmente.
Strickland no demostró demasiados altibajos emocionales en esta relación, parecía más preocupado por sus aspiraciones artísticas.
La utopía de Tahití
Strickland finalmente abandonó París y se dirigió a la isla de Tahití, en el Pacífico Sur, donde se convirtió en el paraíso de su creación artística.
En Tahití, Strickland conoció a Tehura, se casó con ella y tuvieron un hijo. La cultura primitiva de la isla lo inspiró para crear, y aquí completó muchas de sus grandes obras de arte.
Strickland estableció una vida utópica llena de arte y belleza natural en la isla de Tahití, y sus pinturas alcanzaron una altura sin precedentes.
final trágico
Strickland contrajo la lepra, lo que le provocó una pérdida de visión y, finalmente, la ceguera total. Antes de quedar ciego, creó su obra maestra, un mural que representaba su mundo ideal en su mente.
Strickland pidió que quemaran este mural después de su muerte, asegurándose de que no cayera en manos de los mortales. Finalmente, murió de complicaciones de la lepra.
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